Daniela Alzate
miércoles, 3 de agosto de 2011
lunes, 1 de agosto de 2011
La incógnita del pacto sobre la deuda en EE.UU. son los escépticos
"Nunca cuento los votos hasta que se han depositado", dijo a la prensa este lunes el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, cuando los periodistas le preguntaron si estaban asegurados los votos para aprobar el acuerdo para aumentar el techo de la deuda al que llegó el domingo con los líderes republicanos.
El lunes ha sido una jornada de intensas negociaciones entre miembros de los partidos Demócrata y Republicano para lograr el apoyo necesario para sancionar la ley que permitiría aumentar a US$2,6 billones el monto que el gobierno puede contraer en préstamos.
Tras varias semanas de planes rechazados por uno y otro lado, finalmente los líderes del Congreso llegaron al acuerdo que vincula el aumento a recortes equivalentes en el déficit público por los próximo diez años.
Además se establecerá un nuevo comité legislativo para estudiar medidas adicionales para reducir el déficit, que deberá presentar un informe en noviembre.
Al explicar la importancia de lo negociado, Reid reconoció que la iniciativa no gustaba ni a conservadores, ni a liberales, cada uno por sus diferentes razones.Los líderes de los partidos Demócrata y Republicano en el Congreso confían en que el plan obtendrá el apoyo suficiente, aunque en la Cámara de Representantes miembros de ambas organizaciones han expresado su descontento.
Descontento general
La cautela de las declaraciones de Reid, quien dijo que no estaba para "cantar victoria, sino para aprobar esto" da a entender el trabajo que tienen que hacer ambos partidos para convencer a sus legisladores, antes de someter el proyecto a votación final la tarde del lunes.
Como suele suceder en ocasión de votos cruciales, el vicepresidente Joe Biden, quien ejerce la presidencia del Senado, ha estado tratando de convencer a los renuentes en su partido para que respalden el plan.
El entendimiento entre los líderes era esperado, pero según el editor de BBC Norteamérica, Mark Mardell, "lo difícil será ahora vendérselo a los republicanos en la Cámara, y tal vez a los demócratas en el Senado".
El problema para los llamados "fiscalmente conservadores" es que podrían ver como tímidos los recortes al déficit. De hecho algunos de ellos expresaron su absoluta oposición a que se aumentara el límite de l deuda de ninguna forma.
Del lado liberal, el que no se hayan reducido exenciones impositivas a corporaciones y gente adinerada, seguramente será motivo de insatisfacción.
Posiblemente hacia finales de la tarde del lunes las Cámaras consideren el proyecto, de manera que se logre su aprobación antes del martes 2 de agosto y se evite que el estado pueda declararse en suspensión de pagos o que deba hacer una dura restructuración de sus gastos que podía tener un fuerte impacto en la economía nacional.
Día de avances
La crisis de la deuda tiene su origen en una peculiaridad del sistema político estadounidense.
Estados Unidos limita por ley el monto total de la deuda que su gobierno puede acumular con el fin de pagar sus deudas, y éste debe ser modificado por las dos cámaras del Congreso.
Ahora el máximo de endeudamiento es de US$14,3 billones, una cantidad que, si no es ampliada, sería insuficiente a partir del martes y el país tendría que dejar de pagar a sus acreedores.
Demócratas y republicanos han rechazado repetidamente las propuestas que provenían del bando contrario en las dos cámaras del dividido Congreso de EE.UU.
Tras semanas de desacuerdo en el Capitolio, la administración de Obama se ha visto sometida a una creciente presión financiera.
Obama hizo su anuncio de un acuerdo en las últimas horas del domingo. Horas antes, y tras numerosas reuniones, republicanos y demócratas dijeron que se estaban produciendo avances.
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